Las Consecuencias que se Derivan de la Consolidación del Eje Beijing-Moscú-Teherán
DOI:
https://doi.org/10.56221/spt.v3i3.55Palabras clave:
Relaciones internacionales, Coalición, Geopolítica, Cooperación y Seguridad InternacionalResumen
La posible creación de una alianza geopolítica conformada por la República Popular China, la Federación Rusa y la República Islámica de Irán es interpretada por analistas y políticos como una maniobra estratégica destinada a contrarrestar la dominación global de Occidente y, en particular, desafiar la hegemonía de Estados Unidos (EE. UU.). Conocida comúnmente como el eje Beijing-Moscú-Teherán, esta alianza simboliza la convergencia de intereses entre estos países para fortalecer la colaboración económica, política y militar. Por otro lado, las agencias de defensa y expertos militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han reconocido el potencial disruptivo de esta unión, especialmente en términos de sus capacidades militares y las implicaciones que podría tener en situaciones de conflicto. El acercamiento y la cooperación intensificada entre China, Rusia e Irán han provocado alarma en Washington y cierta inquietud entre los aliados de la OTAN, quienes reconocen la necesidad de prestar atención a cómo este bloque podría alterar el statu quo internacional y desafiar intereses estratégicos occidentales.
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